El abordaje clínico de la pelvis menor debe considerar su complejidad. Si bien el suelo pélvico y el continente músculo- esquelético juegan un rol importante, estos van a estar enormemente condicionados por la interrelación de los elementos que coexisten en esta pequeña esfera, tales como la fascia endopélvica, las vísceras del sistema urinario, reproductor y digestivo, los vasos y los nervios.

Es importante desde un punto de vista clínico no separar los abordajes como si de compartimentos estanco se tratara. Los diferentes sistemas que conviven en esta región lo hacen en absoluta sinergia funcional (mecánica, neuro-endocrina, metabólica, hemodinámica…), y la disfunción de uno o varios de sus componentes va a tener consecuencias sobre todo el conjunto y dar lugar a cuadros clínicos muy diversos: dolor pélvico, incontinencia, dismenorrea, quistes ováricos, hemorroides, secuelas posparto…